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En un rinconcito de la ciudad de Bahía Blanca se encuentra Rústico Panes. Se inauguró el 15 de febrero del 2025 pero nació de la iniciativa de dos amigos hace bastante tiempo: Bruno, panadero y psicólogo, y Julián Martín, diseñador e ilustrador, quienes unieron sus talentos para crear un lugar único.

“Estábamos haciendo un laburo y de la nada surgió la idea: yo tenía el espacio, él tenía ganas de cocinar. Compramos las primeras máquinas y comenzó un camino de casi tres años, con todo lo que eso implica”, recuerda Julián. Cada detalle del local refleja su mirada artística: los cuadros que decoran las paredes fueron pintados por él, por amigos o por otros artistas que conoció, mientras que muchos muebles y objetos son reciclados y reconvertidos para darle un sentido distinto al espacio.
La identidad visual también fue un punto clave. El logo —ese personaje en modo gamer bajando a comprar pan— sintetiza la idea de una panadería urbana, contemporánea y sin pretensiones. Panes con harinas poco refinadas, medialunas 100% manteca, las chipepas, la cookie de frambuesa y praliné de castañas o propuestas con pastrón son algunas de las ofertas que invitan a probar algo nuevo sin perder lo cotidiano. “Queremos que la gente pruebe cosas distintas, pero también que se sienta cómoda y disfrute del lugar” Los eventos son otro sello de Rústico. Lo que comenzó como una idea para darle movimiento al local ubicado en Mallea 775, terminó convirtiéndose en encuentros que combinan música, gastronomía y comunidad. “Me gustaba organizar eventos, laburaba de eso, así que lo incorporamos de forma natural. Invitamos a DJs amigos, armamos flyers, jugamos con los nombres: el Mundial de Chipá, el Festival de Medialunas, Primavera Rústico… y la gente se copa”, cuenta Julián.

Una de las anécdotas más recordadas fue durante uno de esos festivales: “hicimos el flyer, armamos la propuesta y de repente había más de 80 personas en la vereda, tomando café, charlando, probando medialunas. Hasta trajeron mantitas de sus casas. No lo pensamos así, simplemente se dio. Y eso está buenísimo.”
La madre de Julian,Silvia, también es socia y una parte activa del proyecto,ella es diseñadora de interiores por lo que también participó y aportó su mirada innovadora al proyecto,hoy atiende el local y coordina gran parte del funcionamiento diario.

El equipo se completa con Lu, a cargo de la pastelería que hace unas mermeladas con productos naturales increíbles, ella hace que todo sea delicioso; Agus, que pivotea entre cocina y atención; Fede, que se sumó sin experiencia pero con ganas de aprender; “cada uno sabe lo que tiene que hacer, y eso hace que todo fluya. Hoy somos un grupo que se complementa y se lleva bien, y eso también se nota en la experiencia de los clientes”, aseguran.
Rústico Panes no es solo una panadería: es un punto de encuentro donde la comida, el arte y la gente se mezclan con naturalidad. Un espacio que nació entre amigos y se sostiene con trabajo, creatividad y ganas de hacer algo distinto, sin perder la simpleza que lo hace tan propio.



