El Dorado en casa

Por Diego García.
Publicación: diciembre 9, 2020.

Foto de @dai_jaime

 

Tiempo de lectura: 4 minutos

El Dorado es uno de los puntos fuertes de los últimos años en el circuito gastronómico de Bahía Blanca. Nacido como speakeasy bar (ya convertido en bar y restaurante, aún manteniendo el espíritu anterior), presenta la propuesta más interesante en términos de tragos clásicos y de autor: cocktail is not dead declara, como bandera, su persiana tenue en Casanova 552.

Entrar al bar es cambiar de época e ingresar, a la vez, en un ambiente místico. Los muebles, empapelados e iluminación son un viaje a la etapa de la ley seca, que forzó la aparición de los originales bares clandestinos neoyorquinos, en los cuales se inspiró inicialmente esta propuesta.

Los restaurantes han sido uno de los sectores más afectados por la cuarentena impuesta por la pandemia de COVID-19. José Barrutia, socio fundador del bar, narra cómo todo tuvo que adaptarse pivotando sobre un concepto novedoso y disruptivo para este tipo de lugares: el delivery. “A partir de ahí, fueron surgiendo diferentes oportunidades para acercarnos a nuestros clientes con un producto cuidado y manteniendo la calidad con la que veníamos trabajando”, comenta.

El proceso incluyó una selección de los cocktails y platos que podrían viajar bien, para luego adaptarlos a nuevos envases y formas de presentarlos, de manera tal de que lleguen en óptimas condiciones a destino. José destaca que “gracias a nuestro servicio de barra móvil, que veníamos ofreciendo en eventos, teníamos allanado el camino para adaptar la coctelería rápidamente”. Así fue como a los pocos días del lock down pudieron ofrecer esos productos en su nuevo servicio. A la entrega —que al principio estuvo a cargo del mismo equipo— se sumaron instructivos y decoraciones para emular la experiencia del bar en cada casa.

El desafío principal lo presentaron los platos, dado que el bar no tenía experiencia en delivery. La opción fue una propuesta novedosa para la ciudad, que ningún otro restaurante estaba ofreciendo: una línea de curries. Esta alternativa, resistente al viaje, resultó la adecuada para comenzar con este recorrido. Con el tiempo lograron incorporar algunos de sus clásicos (como las hamburguesas del Jueves Burgués), platos elaborados y pizzas (ahora discontinuadas) en variedades con el sello de El Dorado (no de jamón, claro, sino de kale, por ejemplo), hechas con masa aromatizada con curry.

“Hoy por hoy las redes sociales son nuestra principal herramienta para acercarnos a los clientes”, comenta José. El Dorado ya tenía una propuesta estética comunicacional muy cuidada en sus redes. La pandemia, en todo caso, resaltó ese trabajo y potenció la generación de experiencias gastronómicas que conectan al cliente con la cocina y con la barra del bar. Como botón de muestra, modificaron los canales de atención para que, la mayor parte del tiempo, no hubiera respuestas automáticas ni bots, sino personas reales que atendieran los pedidos. Humanizar, claro, es un buen camino para conectar.

La calidad, la atención y el cuidado han sido siempre cualidades de El Dorado. La pandemia, como a todos, los desafió hasta los límites. Aprendieron, se recrearon, seleccionaron y la están transitando aún hoy, felizmente pudiendo abrir sus puertas e invitando a disfrutar de la veredita, con protocolo y aire libre. “La respuesta ha sido mejor de lo que esperábamos”, reconoce José, precavido pero optimista. Todo deja huella, y sin dudas este año también lo hará. En El Dorado, cierra su dueño, “el delivery llegó para quedarse: abre una nueva unidad de negocios para el crecimiento del emprendimiento”.

El slogan resiliente (claro que sí) elegido para este 2020, habla de consolidación y de garra: más dorados que nunca. El otrora speakeasy bahiense ya volvió a recibir a sus clientes dentro del bar. Pero la experiencia, igualmente, seguirá disponible para recrearla en cada mesa de los hogares de la ciudad.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Tal vez te interese

Por Diego García.
Publicación: noviembre 16, 2024.

Tiempo de lectura: 6 minutos

Bahía Blanca está viviendo un muy buen momento en propuestas de cenas por pasos. Una de las que más resuena en el mundillo gastronómico es La Casa de Atrás. Se trata de un espacio que abre sus cocinas dos veces por mes para que cocineros de la ciudad presenten una propuesta diferente y original, siempre acompañados de una buena propuesta de vinos.

“Nacemos de la mano de El Mundo de la Parrilla, que ha sido el negocio familiar de toda nuestra vida”, cuenta Agustín Amorosi quien, junto con Antonela Siracusa son los que crearon La Casa de Atrás. “A partir de estar hace tantos años en este ambiente, conocemos a muchos cocineros y también tenemos mucho contacto con bodegas que se suman a la propuesta”, agrega. Sus orígenes profesionales nada tienen que ver con la cocina: él ingeniero industrial y ella economista, fueron acercándose al mundo gastronómico por frecuentar los pasillos de la tradicional parrilla local, y por el propio gusto por comer y beber bien.

El plan original para este espacio era hacer oficinas para alquilar. Ese proyecto no parecía tener buen destino como negocio, por lo que La Casa fue convirtiéndose en una especie de anexo de El Mundo… “lo fuimos armando despacito, decorándolo, poniéndolo lindo”, recuerda Anto. “La primera idea fue ofrecer algo de pasta, que venga un chef un par de veces por mes y que armemos algo en torno a eso”, cuenta. La idea siguió evolucionando hasta llegar al concepto que tiene hoy: “buscamos generar un espacio en donde puedas venir 100% a disfrutar”, destaca Anto. “Las cenas por paso, para el comensal, tienen la ventaja de que no tenés que decidir nada. La propuesta ya está hecha y solamente tenés que venir a disfrutarlo”, suma. 

“Nos dimos cuenta de que en Bahía y la zona hay un montón de chef que son cracks, que hacen cosas muy buenas”, dice Agustín, “y eso nos impulsó”. Por el lado de los chef que ya han cocinado en La Casa, Agustín destaca que “les gusta porque pueden probar cosas distintas”. Algunos porque no tienen un restaurante, como Julián Álvarez (Pan de Garage), que realizó un evento exclusivamente sin TACC; otros porque desde este espacio pueden llegar a nuevos públicos, como Elcira Colombo (El Rancho), que tiene su restaurante en Argerich, o simplemente porque aún teniendo restaurante en Bahía, en este tipo de eventos se pueden probar cosas nuevas, para una cantidad de cubiertos acotada, que quizás son difíciles de incorporar en una carta cotidiana: “Julio (Allo, de la Taberna Baska) hizo una vez acá en el patio un show con ostras que fue espectacular”, dice Anto.. 

“Por el lado de los vinos, la propuesta que hay en El Mundo de la Parrilla no la tiene nadie más en Bahía”, asegura Agustín. Anto suma: “entonces, aprovechando ese vínculo de la parrilla con las bodegas, también pudimos sumar, a la propuesta de la casa, que cada cena esté acompañada por una buena propuesta de vinos”. 

Como sello de un emprendimiento familiar, la prueba piloto de La Casa de Atrás estuvo a cargo de Julio César Amorosi, el papá de Agustín y dueño de El Mundo de la Parrilla, y de Silvio Siracusa, el padre de Anto que se encargó de cocinar. “Fue muy familiar, muy chiquito, para ver cómo rebotaba”, recuerda Agustín. A partir de ahí, la historia es la que se puede recrear en las redes sociales de La Casa de Atrás: cada pocas semanas se anuncia un evento que, en apenas horas, se llena de comensales deseosos de vivir una nueva experiencia inolvidable. “Estamos mucho en los detalles, nos gusta que la gente se sienta bien recibida, cuidada”, mencionan, enfatizando el concepto de casa.

“Cada evento lo vamos armando junto con los chef, partiendo de la propuesta creativa de platos que nos hacen”, dice Agustín. En la misma línea, comenta que en ese trabajo en conjunto se aseguran que la carta vaya con la propuesta de La Casa de Atrás, con el paladar bahiense y también, obviamente, que esté dentro de los costos razonables. “Estamos teniendo una respuesta espectacular de la gente, el desafío es sostenerlo durante muchos años, como es la experiencia de El Mundo…”, dice. 

Ya hemos mencionado a algunos de los chef que protagonizaron las cenas en La Casa de Atrás. A esa lista podemos sumar nombres tales como Laura Labeyrie, Nuria Daher (Nunnie), Raulo Romagnolo y Osvaldo Carbajo (Biguá) y Seba Sureda (Liberté), entre otros. 

Además, recientemente hubo una suerte de edición doble de lujo, a cargo de Nitu Digilio, uno de los chef bahienses más influyentes de la actualidad. Nitu se formó en El Bulli (el imprescindible restaurante de Ferran Adriá que fue una bisagra gastronómica en el comienzo de este siglo), fue jefe de cocina de Café San Juan y ahora está a cargo de Peperina, en Traslasierra, Córdoba. El chef tres estrellas Michelin deslumbró a los comensales con dos noches que quedarán en el recuerdo de La Casa de Atrás.

La charla con Anto y Agus es amable y fluida, porque en el diálogo reflejan con sencillez el amor que tienen por este emprendimiento. Se nota que han creado un ambiente que quieren mucho, que los inspira y los mueve. De eso va, en definitiva, el mundo de la gastronomía. “Lo que más disfrutamos de La Casa de Atrás es generar un espacio de disfrute y placer en el que podamos plasmar nuestra pasión por la gastronomía y, especialmente, resaltar la calidad de los chef que tenemos en Bahía”, concluye Agustín.

La Nueva Manera y Molinera del Sur

Allí, en las afueras de aquella Bahía Blanca, ya se gestaban las instalaciones de lo que hoy son dos de los molinos más importantes de toda nuestra región: La Nueva Manera y Compañía Molinera del Sur. Como entidades hermanas dentro […]

Alfajorería

Alfajorería es un emprendimiento familiar llevado a cabo por dos hermanas, Melody y Ayelen. La idea surge de un viaje familiar hecho a Mendoza, donde descubrieron alfajores muy distintos de los comerciales. La vida siguió, pero la idea quedó. El […]

Chinchuleando

Si había un lugar en el planeta Tierra en donde podría haber surgido un verbo vinculado con lo más íntimo de la cultura parrillera, sin lugar a dudas ese lugar es Argentina. Chinchuleando. Las revistas de crucigramas no lo han […]
No hay más entradas para mostrar