El Torito: la bondiola que te da felicidad

Por Diego García.
Publicación: marzo 5, 2025.

Tiempo de lectura: 4 minutos

Parrilla El Torito se ha convertido en un referente gastronómico de Sierra de la Ventana, famosa por sus deliciosos sandwiches de bondiola a la parrilla. Este popular “carrito”, como llamamos por acá a los food trucks, fue de los primeros en instalarse en la comarca y sigue ganando corazones con su oferta de sabor y calidad.

El Torito, atendido por la simpática pareja formada por Nilda Santacruz y Mauro Stoessel, ofrece una experiencia única. Él, oriundo de Coronel Suárez, y ella, de Buenos Aires, se conocieron en Barcelona en tiempos difíciles, durante la crisis del 2001 en Argentina. Luego de acumular experiencia en el extranjero, decidieron regresar a su país, comenzando su aventura en la costanera de Buenos Aires antes de llegar a la Comarca hace 15 años. Desde entonces, su propuesta gastronómica ha cautivado a los habitantes y a los turistas que visitan esta hermosa región. “Si un turista nos prueba el primer día de sus vacaciones, seguro que vuelve muchas veces más”, asegura Mauro. 

En El Torito, todo está pensado para ofrecer la mejor experiencia. Los panes utilizados para sus sandwichs son elaborados especialmente por una panadería local, asegurando frescura y calidad en cada bocado: “queríamos que tuviera la textura exacta para que la experiencia del sandwich sea la mejor”, cuenta Nilda. Además, los chorizos son de un tamaño exacto, cuidadosamente seleccionado para garantizar que cada producto cumpla con las expectativas del cliente. Esta atención al detalle no solo se refleja en la comida, sino también en la calidez de la atención, donde cada visita se llena de risas y buena energía.

La oferta no se limita a la bondiola; también se pueden encontrar hamburguesas y choripanes que han sido bien recibidos por la clientela. A cada sandwich se le puede agregar una cantidad de aderezos caseros que bien valen la prueba: desde chimichurri hasta salsa criolla, pasando por berenjenas y otras variantes. La posibilidad de acompañar estos manjares con unas ricas fritas hace que la experiencia sea aún más placentera. Además, para aquellos que buscan alternativas vegetarianas, El Torito propone opciones que satisfacen todos los paladares.

El carrito no solo es un lugar para comer; el entorno ayuda a que todo sea acogedor. Al pie del Cerro del Amor, con el arroyo Sauce Grande de fondo, los dueños de El Torito prepararon un espacio donde poder sentarnos y disfrutar. La decoración, además, incluye una impresionante escultura de un toro, realizada por el artista Ángel Córdoba, de Huanguelén, quien utiliza chatarra para crear obras de arte únicas. Este detalle artístico agrega un toque especial al entorno, convirtiendo a El Torito en un lugar donde la gastronomía se combina con la cultura local.

A El Torito también llegamos gracias a las recomendaciones de los amigos de Jardines del Pillahuinco. Al igual que ellos, creemos que este carrito es una parada obligada en toda visita a Sierra. Ya sea por la calidad de sus ingredientes, la buena atención de Nilda y Mauro, o simplemente por el ambiente divertido, cada visita se transforma en una experiencia memorable.

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Tiempo de lectura: 4 minutos

Que Bahía tenga una focaccería es, de por sí, una buena noticia. Qué fruta noble, la focaccia. Para quien no tenga el gusto de conocerla, hablamos de una pieza de panadería italiana súper sabrosa y alveolada, gracias al aceite de oliva, la sal y la fermentación lenta. Se suele hornear en una bandeja completa en donde se estira la masa y se la deja descansar para el último leudado. Justo antes de que entre al horno, el chef pone dedos en la masa para hacerle muchos huequitos que luego rebosarán de una buena dosis de oliva y una buena lluvia de sal gruesa. A partir de ahí, la creatividad e imaginación del cocinero hacen lo suyo para llenar de sabor esa parte superior de la focaccia. La tradición pide un poco de romero y ya es suficiente. Pero se puede usar cebolla, papa, tomate, tomillo, hongos… en fin, sabemos lo que pasa con los gustos y lo que está o no escrito. “Me encanta la textura y el sabor de la focaccia, y el procedimiento me parece mágico”, nos dice Yuri comenzando la charla. Esa focaccia, con tonos mágicos, se convierte en pan de sandwich para hacer, justamente, los sandwiches de focaccia que nos convocan hoy.

Y que una focaccería bahiense nazca en el Barrio Noroeste tiene, simplemente muchísimo sentido. Allí vivió Atilio, el abuelo genovés de Yuri. Este último es quien dio vida a la Foaccería que lleva el nombre de su nonno. Como Atilio, en el noro vivieron (y viven) centenares de inmigrantes italianos que adoptaron el barrio de los talleres del ferrocarril como propio, plantaron el limonero y la parra bajo la cual, domingo a domingo, la mesa larga recibía la pasta para disfrute de toda la familia. “Hace poco tuve un accidente que me dejó inmovilizado un buen tiempo, en el que me puse a pensar en mis orígenes y así nació este emprendimiento”, cuenta Yuri. La focaccia, de origen genovés como Atilio, se convirtió en la síntesis perfecta que impulsó a su nieto a esta aventura.

“Mi abuelo tenía esto bien tano, del compartir, de tener la huerta en la casa y repartir a los vecinos, de invitar a comer… por eso la idea de nuestros sandwiches de focaccia es que se puedan compartir”, dice Yuri al enfatizar el carácter abundante de su propuesta. El imperdible de esta foaccería es el clásico, que acá se llama Prosciutto Ferroviario, con jamón crudo, rúcula, queso, oliva y pimienta. Lo probamos y damos fe: es imperdible. Pero la carta también trae otros nombres que, como solemos decir, valen la prueba: Carne Sestri, Mortadela Noroeste y Capresse Atilio. Los detalles de cada uno están disponibles en el instagram del emprendimiento, que obviamente recomendamos seguir.

“Una buena focaccia tiene que tener humedad y crocantez”, asegura Yuri. Hoy por hoy la Foacciería Atilio atiende al mediodía, solo por pedido, con una producción diaria de una veintena de sándwiches. Lo artesanal siempre suma. La zona de entrega es la delimitada por Don Bosco, Brasil, el Canal Napostá y Unidano. El sueño es un local de sándwich de focaccia al paso, en el barrio, para que todo aquel que esté antojado de esta pieza, la pueda encontrar fácil. 

El concepto de la Focaccería está pensado hasta el último detalle. Desde la historia que la sustenta hasta la gráfica del emprendimiento, la selección de los sabores y los nombres, todo busca representar a Atilio, la tradición italiana y la huella que su gastronomía dejó marcada en la cultura argentina para siempre. “Sabor de barrio”, dice el slogan de la Focaccería Atilio, y eso es lo que transmite, porción a porción, cada uno de sus sándwiches.

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