Del productor al plato

Por Diego García.
Publicación: abril 17, 2023.

Tiempo de lectura: 4 minutos

Este sábado se realizó la primera feria “Del Productor al Plato” y reafirmamos una de nuestras creencias más profundas: que vivan, por siempre, los mercados de productores. El evento se dio el sábado 15 de abril en el marco de los festejos por el 195° aniversario de Bahía. Tuvo lugar en la peatonal de calle Portugal, que está aún en la búsqueda de su identidad propia. Quizás, con este tipo de ferias, la pueda encontrar.

Elpancito recorrió la feria minutos antes del mediodía, cuando el volumen de gente comenzaba a aumentar poco a poco. Una veintena de stands daban vida al mercado, compartiendo vereda también con una de nuestras confiterías favoritas —Blossom— que habita ese espacio permanentemente y se adapta perfectamente al espíritu de la feria (comida fresca, que cuida los ingredientes, que busca alternativas nuevas permanentemente). 

Entre los puestos encontramos conocidos, como los amigos de Oliva Olivos, los quesos y fiambres del local serrano “Regionales La Rueda”, las bodegas Saldungaray (de la localidad homónima) y Al Este (Médanos), Lácteos Cerri y Sabor Pampeano

También había opciones bahienses como la enorme variedad de chimichurris de A Gusto Tuyo o las bebidas de Tu Gin en Casa. Además, una gran variedad de productores de miel, mermeladas otras conservas. 

Pero lo más lindo de los mercados es encontrar perlitas que sorprendan, que sea difícil conseguir en otros lugares. Por eso, además de la gente de Sendero Azul, que desde su plantación de arándanos de Suárez trajo jugos y dulces artesanales, fue lindo cruzarnos con Chufas Keched, que desde Burato llegó a la feria justamente con sus chufas, ese pequeño tubérculo hiperpopular en Valencia y otras zonas de España, con el que se prepara la horchata. Ellos producen aquí para exportar la península ibérica, pero también quieren que su producto se conozca en casa, por lo que empiezan a mostrarse en este tipo de ferias. 

Entre tantas opciones, muchas miradas las acaparó un puesto que en esta ocasión no vendía, sino que solo ofrecía para degustar su producto principal. Quizás por lo exótico y también por lo rico, la gente se agolpaba para probar ostras, de la gente de Ostras de la Patagonia. Provenientes de Bahía San Blas, sus productores presentaban diversas opciones crudas y cocidas para comerlas, ante la atenta escucha de los visitantes. Si bien, como dijimos, no estaban en venta, sí ofrecerán menús especiales con esas ostras los jueves en Fox Wine Bar, por lo que habrá que estar atentos a las redes de ese espacio. 

“Del Productor al Plato” es realmente una buena idea. Es bueno que sea un espacio exclusivo para productos, diferenciado de los clásicos food trucks (que durante el finde tuvieron su lugar en el Disfrutá Bahía del Parque de Mayo) y obviamente de puestos de artesanías o productos no gastronómicos. Este tipo de ferias permite descubrir a pequeños productores locales, conocer sus historias, sus esfuerzos, apuestas y miradas sobre el futuro. Nuestra región tiene amplias posibilidades de desarrollo de alimentos tradicionales y poco habituales, por lo que toda exploración es bienvenida. 

Abogamos, desde este humilde espacio, porque sea una feria que se repita, que amplíe la oferta y se vuelva un hábito. El mundo da sobradas muestras de la relevancia de estos espacios para el desarrollo gastronómico local, por lo que esperamos que aquí también tenga ese auspicioso futuro. 

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Por Diego García.
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Que Bahía tenga una focaccería es, de por sí, una buena noticia. Qué fruta noble, la focaccia. Para quien no tenga el gusto de conocerla, hablamos de una pieza de panadería italiana súper sabrosa y alveolada, gracias al aceite de oliva, la sal y la fermentación lenta. Se suele hornear en una bandeja completa en donde se estira la masa y se la deja descansar para el último leudado. Justo antes de que entre al horno, el chef pone dedos en la masa para hacerle muchos huequitos que luego rebosarán de una buena dosis de oliva y una buena lluvia de sal gruesa. A partir de ahí, la creatividad e imaginación del cocinero hacen lo suyo para llenar de sabor esa parte superior de la focaccia. La tradición pide un poco de romero y ya es suficiente. Pero se puede usar cebolla, papa, tomate, tomillo, hongos… en fin, sabemos lo que pasa con los gustos y lo que está o no escrito. “Me encanta la textura y el sabor de la focaccia, y el procedimiento me parece mágico”, nos dice Yuri comenzando la charla. Esa focaccia, con tonos mágicos, se convierte en pan de sandwich para hacer, justamente, los sandwiches de focaccia que nos convocan hoy.

Y que una focaccería bahiense nazca en el Barrio Noroeste tiene, simplemente muchísimo sentido. Allí vivió Atilio, el abuelo genovés de Yuri. Este último es quien dio vida a la Foaccería que lleva el nombre de su nonno. Como Atilio, en el noro vivieron (y viven) centenares de inmigrantes italianos que adoptaron el barrio de los talleres del ferrocarril como propio, plantaron el limonero y la parra bajo la cual, domingo a domingo, la mesa larga recibía la pasta para disfrute de toda la familia. “Hace poco tuve un accidente que me dejó inmovilizado un buen tiempo, en el que me puse a pensar en mis orígenes y así nació este emprendimiento”, cuenta Yuri. La focaccia, de origen genovés como Atilio, se convirtió en la síntesis perfecta que impulsó a su nieto a esta aventura.

“Mi abuelo tenía esto bien tano, del compartir, de tener la huerta en la casa y repartir a los vecinos, de invitar a comer… por eso la idea de nuestros sandwiches de focaccia es que se puedan compartir”, dice Yuri al enfatizar el carácter abundante de su propuesta. El imperdible de esta foaccería es el clásico, que acá se llama Prosciutto Ferroviario, con jamón crudo, rúcula, queso, oliva y pimienta. Lo probamos y damos fe: es imperdible. Pero la carta también trae otros nombres que, como solemos decir, valen la prueba: Carne Sestri, Mortadela Noroeste y Capresse Atilio. Los detalles de cada uno están disponibles en el instagram del emprendimiento, que obviamente recomendamos seguir.

“Una buena focaccia tiene que tener humedad y crocantez”, asegura Yuri. Hoy por hoy la Foacciería Atilio atiende al mediodía, solo por pedido, con una producción diaria de una veintena de sándwiches. Lo artesanal siempre suma. La zona de entrega es la delimitada por Don Bosco, Brasil, el Canal Napostá y Unidano. El sueño es un local de sándwich de focaccia al paso, en el barrio, para que todo aquel que esté antojado de esta pieza, la pueda encontrar fácil. 

El concepto de la Focaccería está pensado hasta el último detalle. Desde la historia que la sustenta hasta la gráfica del emprendimiento, la selección de los sabores y los nombres, todo busca representar a Atilio, la tradición italiana y la huella que su gastronomía dejó marcada en la cultura argentina para siempre. “Sabor de barrio”, dice el slogan de la Focaccería Atilio, y eso es lo que transmite, porción a porción, cada uno de sus sándwiches.

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